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El pequeño gigante.

NO SIENTO PLACER Y ME DUELE CUANDO ME TOCO EL CLÍTORIS.

Una estimulación diferente

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NO SIENTO PLACER Y ME DUELE  CUANDO ME TOCO EL CLÍTORIS.

En nuestra sociedad, la sexualidad femenina fue entendida en términos eminentemente reproductivos. Se pensaba que el sexo en la mujer solo servía para tener hijos. El deleite sexual femenino se consideraba anómalo e indigno. Solo las mujeres de baja reputación y prostitutas podían hacer gala de los goces sexuales, claro está, pagando el precio del desprestigio y la estigmatización.  Bajo ese concepto, es fácil entender que los problemas sexuales femeninos fueron excluidos del quehacer científico. 

Escribir al DR. Mauro Hoy

Si bien es cierto todo este panorama que hoy nos parece discriminatorio y degradante obedecía a la ideología represiva de la época, también hemos de tomar en cuenta que la sexualidad de la mujer es muy distinta a la del varón, lo cual aumentaba la confusión reinante.

La ciencia tardó mucho en conocer los secretos sexuales femeninos. Los estímulos que la mujer necesita para disfrutar de la sexualidad estuvieron velados hasta la década de los años sesenta del siglo anterior. Precisamente, los estudios del Grupo de Missouri impactaron al mundo al señalar que la vagina no está diseñada para desencadenar el reflejo orgásmico. 

La sorpresa fue aun mayor cuando reportaron que solo un 25% de las mujeres, y en algunas ocasiones, logran el orgasmo vaginal a través de la penetración. El hallazgo de que es normal que en la mayoría de las mujeres este orgasmo esté ausente todavía sigue asombrando a los amantes y a la población general.

El orgasmo femenino se produce con caricias, ya sea con la mano, con la lengua o con la boca en diferentes partes del cuerpo. De manera sorprendente, muchas mujeres están en capacidad de desencadenar sacudidas de placer con la estimulación prolongada de zonas que no son los órganos sexuales. Así, los besos en el cuello, la voz susurrada al  oído, las caricias alrededor del ombligo y en la cara interna de los muslos son estímulos suficientes para detonar intensos orgasmos.

Desde luego, los órganos sexuales también son un campo minado de placer, sobre todo el clítoris, una estructura que, por pequeña y escondida, fue ignorada por la ciencia y por los  mismos amantes. El clítoris mide apenas como el borrador de un lápiz, y se encuentra oculto por la parte superior de los labios menores.

El clítoris es el órgano estelar del placer femenino. Estimulándolo adecuadamente, casi todas las mujeres pueden sentir el ansiado orgasmo. Por supuesto, el asunto no es tan sencillo.  El clítoris, al igual que el pene, está recubierto por un repliegue de piel llamado prepucio. 

En algunas mujeres, el prepucio del clítoris es muy grueso y redundante, lo cual dificulta estimularlo. Se requiere de estímulos muy firmes y férreos para que la mujer experimente placer.  Por el contrario, en otras el prepucio es corto y, con el contacto, genera molestia y dolor, lo cual es del todo normal. Para sentir placer al tocar el clítoris, estas mujeres deben estimularlo indirectamente, por ejemplo haciendo movimientos pélvicos sobre una almohada o acariciándolo de modo indirecto con toda la mano colocada sobre los labios mayores.

Si con estas recomendaciones el dolor persiste o el placer no hace su aparición, es aconsejable consultar para buscar otras posibles causas. Por fortuna, con los tratamientos actuales, la mayoría de las mujeres pueden superar estos problemas.

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