ME MALTRATA PORQUE SOY EXTRANJERA
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Soy una mujer casada de 25 años. Nací en Nicaragua y me vine a Costa Rica cuando tenía siete años. A los 17 años conocí al que es mi marido y nos casamos a los cuatro años de ser novios. Yo a él lo quiero mucho, pero cuando tenemos un problema me trata despectivamente porque soy nicaragüense. Ambos somos licenciados y jamás creí que él me hiciera algo así, eso me afecta mucho tanto en lo emocional como en lo sexual y él no lo entiende.
Cuando uno repasa el devenir histórico de los últimos doscientos años, parece increíble que todavía persisten los prejuicios raciales, culturales, y sociales, más aún dentro del vínculo de pareja.
La tonta creencia de que los ciudadanos de un país son superiores a los de otro país no tiene cabida en un ser que se precie de pensante, sin embargo, sucede, y lamentablemente ocurre en todas las clases sociales, económicas y culturales, situación que indica que nuestro proceso educativo occidental sigue siendo deplorable y muchas veces patético.
Desdichadamente en nuestra cultura algunas parejas aprenden con el tiempo a dañarse y saben de memoria qué frase, qué ofensa, qué indirecta, es la que más dolor produce, y como tal recurren a ella cuando hay un conflicto o enfrentamiento. Muchas veces se dicen cosas sin sentido, o frases que no se creen, pero se usan porque saben que van a afectar a la pareja, olvidando que la pareja es un ser querido que se debe estimar.
Por eso, cuando las discusiones toman ese rumbo y terminan en ofensas se debe buscar ayuda profesional para que ambos aprendan a discutir sin tener que recurrir a las ofensas y mucho menos a la violencia, y más bien centren el foco de atención en resolver el problema que los aqueja.