El temor a los años
EDAD E IMPOTENCIA
El hombre puede mantenerse sexualmente activo hasta los 85 años
Tabla de Contenidos
Decía el sabio Centeno Güell que los miopes ven en los ancianos el pasado, ignorando que en ellos realmente vemos el futuro, si el futuro de uno y cada uno de nosotros, y como tal tenemos que orientar nuestra vida tanto el plano individual como en el plano social, entendiendo que todos llevamos un anciano adentro.
INTRODUCCION
En los países desarrollados en el área de la salud, la población mayor representa un segmento porcentualmente importante de la población.
En estas sociedades se vive cada vez más años, cada vez es mayor la población añosa, esto producto de que las nuevas generaciones tienen menos hijos y que la calidad de vida permite prolongar la vida.
En 1940 sólo un 46% de los costarricenses alcanzaba los sesenta años de vida, mientras que en el año dos mil dos el 90% de los recién nacidos llegará fácilmente a esa edad.
Para un lector que hoy tenga cuarenta años, es casi cierto que vivirá cerca de noventa años, este significa, que a los cuarenta años apenas ha vivido veinte años como adulto y le restan por vivir cincuenta años de vida adulta.
Esto significa que a esa edad se tiene toda una vida por delante y para la mayoría de los hombres, la variable sexual sino es la mas importante es una de las importantes de la vida.
Así, en Occidente, la mayor parte de nuestra vida adulta la viviremos después de los cincuenta. Esto destaca la importancia que desde le punto de vista de la salud publica tiene el tema de la tercera edad.
En países como el nuestro siempre nos gusta recordar la máxima malditos los pueblos que olvidan a sus viejos, esta sentencia es una de las premisas que tenemos que tomar seriamente tanto como sociedad como en el plano individual.
Decía el sabio Centeno Güell que los miopes ven en los ancianos el pasado, ignorando que en ellos realmente vemos el futuro, si el futuro de uno y cada uno de nosotros, y como tal tenemos que orientar nuestra vida tanto el plano individual como en el plano social, entendiendo que todos llevamos un anciano adentro.
Por otra parte, entendemos la sexualidad como una vivencia en la que confluyen una serie de variables de tipo biológicas, históricas, psicológicas y sociales que influyen de manera directa sobre la conducta sexual.
Por eso todo análisis sobre la sexualidad en la tercera edad que pretende seriedad, debe tomar en cuenta este complejo grupo de factores, sin los cuales sería imposible entender la realidad de la cotidianidad del adulto mayor.
Las diversas escuelas científicas son claras en señalar que desde la sexta década en adelante la vida toma otro matiz, la percepción de la realidad cambia de manera radical y tarde o temprano se lidia con situaciones que sumergen al individuo en una serie de cuestionamientos existencialistas no siempre fáciles de superar.
Por otra parte la sexualidad en nuestra sociedad es un asunto de por si complejo, la variable sexo crea conflicto en cualquier década de la vida y en cualquier interacción grupal de tal forma que al hablar de la sexualidad en la tercera edad estamos refiriéndonos a dos fenómenos pleomórficos que exigen un análisis detallado.
Hay que tomar en cuenta además que las referencias bibliográficas disponibles señalan la importancia de conocer nuestra propia realidad. Es decir, la estructura social de cada país, de cada región influye de manera capital en la conducta sexual de este segmento de la población, al punto, que se encuentran magnas diferencias aun en países que son vecinos.
Bajo esta perspectiva hemos diseñado el presente capítulo, obviando los abordajes simples de carácter biológico con el fin de dar una visión integral y sobre todo nacional de la situación sexual de la persona mayor en nuestro país.
DEFINICION
No hay un acuerdo absoluto en cual edad es la que marca el inicio de la vejez, pero en aras de lograr un entendimiento a nivel internacional se considera que una persona pertenece a la tercera edad cuando supera los 65 años.
Claro esta, ese número no es más que una frontera práctica que no tiene vigencia universal y que diariamente observaremos las grandes excepciones. Para muchos la vejez llega muy temprano, para otros es un fenómeno tardío, y hoy se cree que además de tener un condicionamiento genético, también esta en estrecha relación con la calidad de vida.
Es claro que en países con un pobre desarrollo humano los fenómenos de la vejez se ven pasados los cuarenta años, mientras que en algunos países la calidad de vida es tan alta que el envejecimiento empieza en etapas tardías, alrededor de los ochenta años.
Por eso recientemente comienza a hablarse de la cuarta edad, para referirse a las personas mayores de ochenta años de las sociedades mas avanzadas.
En este tema hablaremos de la vejez, refiriéndonos a las personas que cursan sesenta o más años, a sabiendas que existen muchos que han entrado en esta etapa de la vida más temprano y otros más tarde.
VARIABLES FISICAS
Curiosamente los órganos sexuales no sufren grandes cambios con la edad, anatómicamente tanto el pene como los testículos se mantienen sin cambios a lo largo del tiempo. Podemos observar el paso de los años en el vello púbico el cual se va poblando de pelos blancos característicos, sin embargo hasta ahí llegan los cambios físicamente visibles.
En cuanto a la capacidad de tener hijos, los estudios describen que la cantidad y la calidad de los espermatozoides van disminuyendo paulatinamente desde los cuarenta años pero el semen continúa siendo fértil mas allá de los ochenta y noventa años.
El acontecer hormonal sigue esos mismos parámetros, aun cuando se observa una disminución en la cantidad de testosterona producida, este descenso es paulatino y no compromete la producción total a lo largo de estos años.
La respuesta sexual sufre una serie de cambios que convierten al amante añoso en un amante diferente pero no menos capaz. Es decir algunas de las modificaciones que suceden con la edad son vistas con regocijo mientras que las menos positivas no limitan el buen desempeño sexual.
Falsamente se ha creído que el deseo sexual nos abandona con la edad. No de ninguna manera, la necesidad de tener relaciones sexuales, las ansias por encuentros eróticos, los pensamientos libidinosos, los sueños de carácter lujuriosos, el deseo de penetrar, y el ansia sexual son vivencias cotidianas del adulto mayor.
Esto nos permite comprender la enorme frustración sexual que experimentan muchas personas mayores en una sociedad como la nuestra que ve con ojos de censura y de reproche la actividad sexual a esas edades.
Por otra parte los mecanismos de la erección tanto vascular como neurológicamente son poco afectados por la edad. Se ha descrito que es posible que la erección puede requerir de mas estimulo y mas tiempo para alcanzar una rigidez adecuada y que en algunos casos la firmeza puede ser algo menor. Sin embargo estos cambios no impiden ni el deleite propio ni la capacidad de brindar placer a la pareja.
La eyaculación experimenta una serie de cambios que son vistos con regocijo por parte de ambos miembros de la pareja, ya que el reflejo eyaculatorio se enlentece, es decir, la eyaculación tarda mas en suceder, lo cual propicia el mayor deleite tanto de el como de ella.
Esto es particularmente importante, ya que en nuestra sociedad es muy frecuente la eyaculación precoz, y son muchas las mujeres que se ven frustradas por el mal desempeño de estos hombres que suelen ser jóvenes. Mucho del atractivo sexual del hombre mayor reside precisamente en el control eyaculatorio que experimentan.
La edad prolonga el periodo refractario, es decir, es mayor el tiempo que se requiere para mantener una segunda relación sexual. Claro esta, muchas mujeres dicen, que cuando se tiene un buen control eyaculatorio no se requiere de esa segunda relación sexual.
Es decir, físicamente el hombre mayor esta en capacidad de ejercer, disfrutar y lograr un buen desempeño sexual, y aun cuando exista el estereotipo de que el sexo se esfuma con la edad las estadísticas son claras en demostrar que la vida sexual se mantiene a lo largo de la vida del varón.
Así, en el ya estudio clásico de Bretschneider y McCoy, se reporta que el 62% de los hombres entre los 80 y 102 años mantenían relaciones sexuales. Datos similares se han reportado en estudios posteriores.
VARIABLES FILOGENETICAS
Curiosamente, a pesar de todos los estigmas imperantes, en términos generales las mujeres sienten una fuerte atracción hacia los hombres mayores.
Este dato se ha encontrado en diferentes estudios realizados en diversos países occidentales, entre ellos Argentina, Estados Unidos, y diversos países europeos como Inglaterra.
Esto es un legado filogenético que ha estado presente desde el mismo inicio de la civilización y que observamos también en otras especies. El individuo mayor, genera mas atracción y ejerce mayor liderazgo.
Independientemente de las razones, es un hecho que la madurez, las canas, la experiencia son atributos que son altamente apetecidos por el sexo femenino en nuestra sociedad.
Es claro que la edad se vuelve una ventaja para el varón y esta realidad es la que debe saber el varón para evitar ser victima de los estigmas sociales que esta cultura le impone.
Este fenómeno no es para sorprenderse, año a año, cuando el mundo del espectáculo elige al hombre y a la mujer más sexi, las mujeres jóvenes se llevan el galardón mientras los hombres añosos son los elegidos.
Basta recordar que la revista People en 1999 eligió a Sean Connery como el hombre mas sexi del siglo, en ese momento contaba con sesenta y nueva años de edad.
VARIABLES HISTORICAS
Nuestra sociedad ha experimentado una serie de cambios que han modificado de manera contundente los valores sociales. Se calcula que en los últimos cincuenta años el mundo cambió más que en quinientos años de historia.
Si, el mundo actual es muy diferente, y los hábitos de vida cambian al ritmo que marca la innovación tecnológica, el hombre en su afán por adaptarse al desarrollo industrial, lo queramos o no, retrocede en su calidad de vida.
La vida era más difícil antes, pero era más sencilla y mas tranquila, hoy en el nombre de una vida fácil, la tensión y las preocupaciones se adueñaron de nuestra existencia y esto repercute de manera directa sobre nuestro comportamiento y desde luego en nuestra vida sexual.
De igual forma el papel de los diferentes grupos sociales hoy como nunca antes varia de manera importante en cuestión de décadas. Curiosamente las minorías clásicamente más marginadas como las mujeres, ciertas razas, y hasta los homosexuales han logrado un espacio social más permisivo y de mayores oportunidades.
En contraposición el grupo de las personas mayores en las últimas cinco décadas pasó de ser un segmento socialmente importante a sufrir la marginación y el desprecio social.
Esto resulta increíble, sobre todo cuando observamos que las personas de la tercera edad no son una minoría, es mas en algunas sociedades, como en Costa Rica, son grupos porcentualmente grandes.
En los inicios de nuestra sociedad, las personas mayores eran los rectores sociales, en ellos se concentraba buena parte del poder de decisión social y el manejo de los grandes recursos, de tal forma que el individuo añoso disfrutaba de status y reconocimiento. En muchas culturas la palabra anciano era sinónimo de maestro, de sabiduría, de sapiencia.
Sin embargo en las últimas décadas, la perspectiva sobre la edad ha experimentado enormes cambios. Los adelantos científicos en prácticamente todas las áreas le fueron restando valor a las canas.
La innovación superó sin lugar a dudas a los años de práctica, hoy los aparatos y la tecnología cambian constantemente, e impiden conseguir la destreza que dan los años. Hoy se habla más de actualización y capacitación que de pericia y experiencia.
Hoy nos encontramos como aquellas primitivas culturas nómadas en las que los años representaban todo un problema que atentaba contra la estabilidad social, porque los viejos eran incapaces de movilizarse y recorrer grandes distancias.
Con el florecimiento de la sociedad de consumo, se creo un medio en el cual todo se desecha, desde la maquinilla de afeitar hasta la computadora que compramos hace apenas unos años, simplemente ya no sirven, y al decir no sirven con frecuencia decimos están viejas, y se eliminan.
Todo esto ha contribuido a la marginación del individuo mayor, al punto que la palabra “viejo” se ha convertido en un estigma. Dolorosamente decir “viejo” es un equivalente a decir no sirves, y aunque resulte duro, en realidad ese es el puesto que tiene el viejo en ciertos sectores laborales, simplemente es un estorbo que no sirve para nada.
Cuando se dice que un viejo no sirve y además decimos que no sirve para nada, de inmediato se hace la equivalencia a todas las actividades no solo las laborales sino también, deportivas, recreativas, culturales y desde luego en el área sexual.
VARIABLES SOCIALES
El problema no solo reside en que exista la creencia que el hombre mayor ha perdido su vigorosidad sexual sino también porque de manera concomitante ha surgido el estereotipo social de que el adulto mayor debe ser un abuelo cuenta cuentos, es decir un lindo, dulce y agraciado personaje que entretiene a los nietos contando historias y hablando de su pasado.
En esta expectativa social, no hay espacio para la sexualidad, no se concibe un tierno abuelo que sea sexualmente activo, de manera que muchos adultos mayores que se ven inmersos en este estereotipo, son condenados a vivir un enorme segmento de su vida al margen de la sexualidad o lidiando con el reproche social por su vida dis que ilícita para su edad.
En el medio social de nuestras culturas abundan los relatos y las frases que censuran la vida sexual del varón añoso. Con desden se le llama viejo verde, asalta cunas. Es común que además, cualquier manifestación sexual a esa edad sea censurada con la clásica expresión de viejo cochino, usted ya no esta para eso.
Curiosamente, estos estigmas pesan mas en aquellos adultos mayores que dependen de sus familiares, el poder económico o el éxito social, brindan algún tipo de escudo a este tipo de sentencias.
Desde luego que las grandes mayorías de ancianos, como veremos más adelante, están económicamente desprotegidos y por ende son más vulnerables a estos estereotipos.
VARIABLES ECONOMICAS
Los aspectos económicos son de vital importancia en la tercera edad, y mas un en la vida sexual a esas edades. El paso de los años exige una serie de gastos a los que no estamos acostumbrados y para los cuales no siempre se cuenta con el presupuesto para hacerle frente.
Esto ahí que tenerlo muy en cuenta para entender la vivencia sexual del anciano, ya que en nuestro país, porcentajes muy altos viven totalmente marginados.
Las calles, los hospicios, los hogares de ancianos, los hospitales, los sanatorios, son el albergue de una gran cantidad de viejitos, que sencillamente no tienen a donde irse a vivir. Desde luego se sobre entiende que en esos lugares la vida sexual esta totalmente abolida.
Para la enorme mayoría de los adultos mayores tampoco es posible alquilar un cuarto en un motel, o tan siquiera una habitación de dos horas, para tener una relación sexual, el dinero no da para tanto.
En el caso de las personas que llegan a esas edades sin un vinculo estable, ya sea porque enviudaron, se divorciaron o nunca establecieron una relación, la situación económica adversa condiciona en mucho la soledad.
Aun cuando se diga que la sexualidad es una necesidad, tenemos que dejar claro que no es una necesidad, como el techo, el pan, o el vestido. Es claro que podemos subsistir sin actividad sexual, pero no podemos sobrevivir sin comida o medicinas.
Mencionar estas variables es de importancia capital cuando hablamos de sexo, porque la sexualidad exige una serie de condiciones, que muchos de nuestros adultos mayores no están en capacidad de costear.
Actividades tan simples como compartir un café, el cine, un paseo, un baile, un bingo, son diversiones que preceden y acompañan al amor y que exigen dinero, dinero que es precisamente el gran ausente.
En realidad la vida de muchas personas mayores se debate en una lucha constante por estirar el presupuesto de tal forma que les permita lidiar con gastos que son urgentes como medicamentos, lentes, consultas médicas, audífonos, prótesis dentales entre otros. Necesidades que el anciano obviamente ante pone a aquellos gastos que pueden generarse con la vida sexual.
Aquellos que aun conservan a su pareja, suelen sentir una enorme angustia con las penurias económicas y aun cuando es una pena compartida, en el caso del hombre, esto suele golpearle aun mas la autoestima por ser incapaz de cumplir con todas las necesidades de ella. Sobre todo porque la idiosincrasia que ostentan nuestros adultos mayores le señala que es el hombre quien debe velar por su mujer.
Son muy pocos los ancianos que tienen una solvencia económica, aun aquellos que cuentan con una casa, y una pensión frecuentemente tienen que lidiar con presiones económicas. El nivel de vida acostumbrado no se puede sostener, precisamente por esos gastos de más, y es común que el anciano sienta una impotencia n.
Así muchos ven como la casa, el carro, el televisor, se van deteriorando progresivamente y no tienen recursos para arreglarlos. Se entenderá que la situación toma un tinte angustiante cuando se daña la cocina o el baño y no hay dinero para repararlo.
Hay que recordar que el mercado laboral cierra las puertas cada vez más temprano, algunos expertos mencionan que aun personas mayores de treinta años encuentran dificultades para conseguir empleo, y a partir de los cuarenta años es común que las empresas despidan a su personal con el fin de evitar lidiar con salarios que se han convertido en salarios elevados por el concepto de anualidad,
De tal forma, que el dinero de la pensión no alcanza y son pocas las oportunidades de redondear el salario con una trabajo extra.
Todo esto hace que el adulto mayor vaya disminuyendo su nivel y su calidad de vida, a expensas en muchos casos de la salud. La presión económica suele ser tan grande que lleva a muchos a refugiarse en el licor, en el ostracismo, a zambullirse en fuertes cuadros depresivos.
VARIABLES FAMILIARES
Algunos ancianos tienen la dicha de vivir con sus hijos en ambientes donde reina la armonía y donde los hijos se desvelan por sus padres. Ellos están prontos a resolver cualquier adversidad que acontezca a sus padres.
Sin embargo, aun en esos hogares no es bien visto que el abuelo trate de llenar sus necesidades sexuales. Sería un autentico cisma tan siquiera la sospecha de que el abuelo se masturba, o si ve alguna cinta sexualmente explicita y mas aun si hay algún romance por ahí.
Otros ancianos que viven con sus hijos no son tan afortunados. Desdichadamente en nuestros países abundan los hogares donde los ancianos son mal tratados o descuidados hasta en sus necesidades básicas, convirtiéndose en un estorbo familiar.
En esos hogares cuando el abuelo deja de ser importante para el cuido y entretenimiento de los nietos, porque estos crecieron, con frecuencia suelen ser ignorados por la familia, incluso por sus adorados nietos.
Decía el sabio que un padre sostiene a cinco hijos, y cinco hijos muchas veces no sostienen a un padre, si esa es la injusticia de la vida familiar, ese uno de los delitos familiares mas bien guardado.
Padres que se partieron la vida para sacar a sus hijos adelante, son olvidados cuando les llega la ancianidad, padres que vivieron penurias con el fin de darles una vida digna a sus hijos, son olvidados cuando los años lo acosan.
En esos dis que hogares los ancianos carecen de derechos, las familias hacen sus prioridades donde priva la pareja y los hijos, sus diversiones y sus caprichos mientras las necesidades del abuelo están en un segundo plano o para ser descriptivos en un último plano.
Aunque suene poco creíble, a veces hay más dinero para las mascotas que para el abuelo, a esos se ha llegado. Es dolorosamente triste, cuando observamos como un anciano yace en silencio en una mecedora de la sala, mientras el resto de la familia y las visitas entran y salen sin tan siquiera saludarlo.
Ni un beso, ni un abrazo, ni un apapacho, no se le cruza palabra alguna, él esta ahí vegetando, sufriendo una de las mayores agresiones psicológicas que puede recibir un ser humano, el ser ignorado. En estas condicione la vida sexual no solo esta vedada sino que ya no es una expectativa del anciano.
VARIABLES PSICOLOGICAS
La tercera edad plantea una serie de retos psicológicos difíciles de enfrentar, buena parte de ellos giran en torno a la muerte. Aun cuando una persona puede morir en cualquier momento, la certeza de que la muerte esta cerca solo llega en esta etapa.
Los seres humanos no sabemos nada de la muerte, aun cuando hayamos construido mil y una explicación de lo que sucede después de esa expiración final, la verdad es que desconocemos todo por completo y la simple idea nos aterroriza a todos.
El presagio de que el fin esta más cerca que nunca, se presenta de manera constante conforme se van viviendo las diversas etapas de la vida.
Los hijos se hacen grandes, se independizan, se van de la casa, iniciando la llamada etapa del nido vacío que representa el primer escalón que genera un fuerte cuestionamiento vivencial.
La vida cambia, ya no se vive ni para los hijos ni en torno a los hijos, y las rutinas cotidianas se ven abruptamente modificadas y es necesario encontrar otra razón para vivir y otra forma de vida.
Aquellas parejas que se mantienen vitalizadas, aprovechan esta etapa para revivir viejos anhelos, para hacer todo aquello que no se podía por velar por los hijos. Caminan juntos, van a paseos, comparten altas horas de la noche rememorando tantos y tantos recuerdos gratos que juntos vivieron.
En otras parejas los hijos son el único punto de unión, en aquellas que siempre predicaron yo no me separo por mis hijos, de tal forma que con su partida el vínculo entra en una crisis, que puede llevar a la ruptura o a una redefinición de la pareja misma.
Con el paso de los años muchos encuentran reconfortante la idea de adherirse a los recién nacidos nietos como una forma de volver al estable modus vivendi ya acostumbrado.
Luego, viene la jubilación, los horarios laborales, el stress cotidiano del que tanto incomoda, desaparece súbitamente con la pensión. Esto curiosamente es un golpe aun mayor, la sensación de relajamiento viene acompañada de cierta percepción interna de ya no sirvo, de estoy viejo.
Durante los primeros días se aprecia el tiempo libre, se disfruta levantarse tarde, hay regocijo con la enorme disposición de tiempo. Sin embargo, al cabo de unos días, el aburrimiento suele dominar el cada día y la sensación de minusvalía comienza a florecer.
Es aquí, donde es fundamental un trabajo extra, un medio tiempo, una empresa familiar, una asesoria, un trabajo remunerados, porque aun cuando debido a la presteza social imperante nos cueste admitirlo, el trabajo es crucial en la salud mental.
Claro esta, ya mencionamos que en estos tiempos y en estas sociedades, al adulto mayor le resulta sumamente difícil conseguir un empleo.
Luego viene una etapa mas difícil de digerir, la muerte de amigos co generacionales, compañeros de escuela, de colegio, compinches que han sucumbido a enfermedades condicionadas por la edad.
Esto genera no solo un enorme luto, sino también que acerca aun más la idea de la muerte. Si se van muriendo los de mi generación es obvio que pronto seré el siguiente.
En esta etapa, se produce una reflexión profunda sobre lo vivido, sobre los errores, los aciertos, que provocan una sensación de plenitud si el balance es positivo o una sensación de vació y remordimiento si el recuento es negativo.
En esta etapa puede surgir el ostracismo, la soledad, la adicción a viejos vicios, conductas escapistas, crisis de ansiedad, rabietas, que directa e indirectamente lo alejan de sus seres queridos.
La amenaza de que el fin esta cerca se ve reforzada conforme el deterioro físico se hace presente. El varón que se vanagloriaba con su frase a los cuatro vientos yo nunca me enfermo, se ve obligado a acudir a los médicos, a tomar diariamente medicinas, a realizarse exámenes periódicos, en fin, a aceptar que ya no es tan fuerte como para negar las enfermedades.
Desde luego que todo dependerá de las enfermedades que tenga que enfrentar, entre mas leves y menos incapacitantes, menor será la amenaza, entre mas fuertes y mas deletéreas mayor será el temor.
Este es el ambiento psicológico que habita en la mente de todos conforme escalamos la pirámide etárea, y es justo en esta etapa donde surgen las reflexiones existencialistas. Valió la pena esta vida?, de que sirvió tanto esfuerzo?, son mis hijos hombres de bien?, pude haberlo hecho mejor?, que esfuerzos no hice?, que me faltó por disfrutar?, desperdicie mi vida?
Preguntas sumamente duras, difíciles de contestar, y que a diario rondan el escenario mental. Cada vivencia, cada minuto, cada día, aporta una respuesta. Ahora se cuenta con tiempo para reflexionar, para pensar, para valorar lo hecho y para valorar sus resultados. El individuo se sumerge en una fuerte etapa de confrontación interna y de evaluación de su desempeño.
No cabe duda que la forma en que se enfrenta esta etapa esta en directa relación a la situación económica, a la calidad de relaciones familiares, y al lugar que ocupa el individuo en su mundo.
Se comprenderá que el papel de la familia y de los amigos es de vital importancia. Reunirse con los hijos, almorzar con los familiares de manera fraterna y entrañable, comentar y recordar todas las gratas y a veces graciosas vivencias, llena emocionalmente y provoca un sentido de gratitud por la vida llevada.
Hablar con los amigos, fanfarronear, bromear, compartir actividades, jugar pin pon, ir al estadio, trabajar juntos, brinda la sensación de que “estamos en la pelea”, soy útil y estoy vivo.
La etapa que según Berman más intensifica los cuestionamientos existencialistas, es la muerte de la pareja, que por muchas razones genera una enorme e intricada red de pensamientos y que condiciona una nueva realidad.
El dolor es inmenso, y es avivado por un sinfín de detalles que hacen recordar a la pareja. Al llegar a la casa, ya ella no esta, la cama se hace enorme, las noches son largas, las comidas en soledad resultan espantosas, en fin, todo el medio, todas las horas, todas las actividades recuerdan a esa compañera de vida que ya no esta.
En este momento, la muerte ya no es una posibilidad sino que se percibe como un acompañante que esta a la vuelta de la esquina. Acorde al grado de madurez, el individuo se prepara para la partida, sin decirlo abiertamente realiza una serie de actividades de despedida
VARIABLES DE PAREJA
Como hemos visto el contexto de la tercera edad, esta condicionado por variables económicas, sociales, laborales y familiares. Pero este es simplemente el contexto, porque la verdadera dinámica se centra en el área emocional.
La vida de pareja en esta etapa es fundamental, una armoniosa y edificante relación, le permite al individuo luchar ante tantas adversidades con el corazón lleno, sin esos vacíos emocionales que minan la voluntad.
Llegar a esa edad con un vinculo vitalizado, en el cual las sonrisas y las caricias pueblan la totalidad del día, donde rememorar con orgullo el camino recorrido y tener la juventud en el alma para disfrutar de tanto tiempo libre es la verdadera clave para sobrellevar esta etapa.
Desgraciadamente muchas parejas abordan la tercera edad llena de reproches y resentimientos mutuos que los separa y los aleja justo en una etapa en donde es difícil encontrar un nuevo vinculo emocional autentico.
Parejas que cohabitan pero no viven juntos, parejas que se han habituado al conflicto, parejas en las cuales el reproche, el choteo, la hostilidad, la agresión psicológica y hasta física afloran con facilidad, son parejas que han convertido en lanza la caricia del amor.
Estas parejas, usualmente tienen un largo historial de conflictos, que no solo ha lastimado a cada uno de los conyugues sino también a sus hijos, quienes han sido victimas de esta agresión familiar y que durante la infancia y la adolescencia no les queda mas remedio que sobre llevar y sufrir tan difícil dinámica pero una vez que alcanzan la independencia, rehúyen el contacto familiar para evitar esa hostilidad.
En estas familias cada actividad, cada cena, cada paseo, cada celebración, es visto por parte de cada miembro de la pareja como el momento propicio para descargar el rencor acumulado. Las discusiones alteras, las indirectas, las ofensas, no ceden con la edad, lo cual genera que los hijos y los otros miembros de la familia se hagan a un lado y mantengan una prudente distancia.
Esto hay que mencionarlo, porque con frecuencia se culpa a los hijos de no acuerpar a los padres que ya esta añosos, y aunque en muchos casos es producto del desden y el mal agradecimiento de los hijos, también en muchas ocasiones los hijos no quieren revivir las pesadillas de su infancia, el tormento de la adolescencia, el llanto provocado por haber nacido en un hogar disfuncional.
Es muy dolorosos ver a los padres peleando, pero es mas doloroso aún verlos peleando a esas edades y en esas condiciones.
Estas parejas, se sienten solas por todo lado, no encuentran el cómodo abrigo en el hogar, y no son capaces, ni en la tercera edad de acercarse izando una bandera blanca. Muchos no son capaces tan siquiera de hacer pequeñas treguas cuando los hijos los visitan. Será la muerte la única que parará esta guerra de años.
LA SALUD ESA VARIABLE CRUCIAL
Probablemente el lector se cuestionará a lo largo de este capítulo de donde surge la idea tan difundida socialmente de que el adulto mayor no debe ni puede tener relaciones sexuales.
Tenemos que ser claros, todo lo que hemos mencionado se refiere a los hombres de la tercera edad que son sanos, es decir aquellos que gozan de un buen estado de salud. También tenemos que recordar que este estigma es de reciente aparición, es decir, hace cinco lustros no se tenía esta creencia.
Estas dos variables son las que explican el origen de este mito tan difundido y tan dañino. Veamos, a lo largo de la historia de la humanidad los hombres se han ganado el pan nuestro de cada día con el sudor de su frente, el trabajo demandaba arduas labores y un fuerte despliegue físico, que redundaba positivamente en el estado de salud.
Por tal razón, diversas enfermedades que afectan la sexualidad aparecían tardíamente en la vida, de manera que el varón gozaba de un excelente desempeño sexual hasta edades muy avanzadas.
Con los cambios que la revolución industrial introdujo en el campo laboral, cada vez fue menos necesaria la fuerza bruta en el proceso de producción, hasta llegar al estado actual en la cual las grandes mayorías desempeñan funciones laborales que no exigen esfuerzo físico.
Concomitantemente la población asumió nuevos y nocivos estilos de vida, con dietas ricas en grasas, baja frecuencia de ejercicio y altos niveles de sobre peso que han provocado que la salud de la población se vea fuertemente deteriorada.
Así aquellas enfermedades que antes aparecían después de los sesenta años hoy se hacen presentes desde la tercera y cuarta década de la vida, de manera que sus repercusiones sexuales se hacen sentir desde los cincuenta años o antes.
Por otra parte es tan común que la población descuide su salud que hoy una gran proporción de varones mayores tienen problemas sexuales, y este es precisamente el origen de ese mito que es la edad la que daña cuando en realidad es la mala vida la que realmente daña.
La edad no gravita negativamente sobre la esfera sexual, lo que afecta en demasia el rendimiento sexual son los años de descuido corporal.
Por eso anotamos al incio de este artículos que no hay una edad en la que empieza el envejecimiento, sino que la vejez esta condicionada al cuidado corporal que cada uno se procure.
Es claro que con estos habitos de vida de la sociedad actual la vejez probablemente madruge a muchos en edades tan tempranas como los ciencuenta años, y las discapacidades que estas enfermedades provocan, pueden aparecer en algunos a los sesenta años.