PREGUNTAS COTIDIANAS
PASO TODO EL DÍA CON GANAS Y NO SÉ SI LOS HOMBRES SE DAN CUENTA
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Soy una mujer de 31 años. Estoy recién divorciada. Estuve casada por cinco años y en mi matrimonio lo único que funcionaba era el sexo. Para mí era fantástico. Todo lo demás andaba mal. Él me fue infiel muchas veces y era muy irresponsable con el dinero. Ahora tengo seis meses de estar sola y paso todo el día con ganas de tener relaciones sexuales. Me da miedo de que la gente, y sobre todos los hombres, se den cuenta. La verdad es que quiero darme un tiempo.
El divorcio se ha vuelto cada vez más frecuente. Provoca diversas situaciones relativamente nuevas en nuestro entorno y que inciden de manera directa en la esfera sexual. Así, cuando se mantiene una vida sexual periódica y gratificante y sobreviene un periodo de abstinencia, es normal experimentar un incremento franco en el deseo sexual. En el nivel mental, se vive como una necesidad imperiosa, como un desasosiego, e invade el marco de la conciencia.
Esta idea suele ser tan intensa y constante que a veces se genera el temor de que se note a los ojos de terceros. Sin embargo, debemos recordar que físicamente no hay ninguna manifestación. El cuerpo no da señales evidentes que permitan a otras personas darse cuenta de ese deseo contenido.
En el ámbito popular, se maneja la falsa creencia de que todas las personas recién divorciadas andan deseosas o necesitadas de un encuentro íntimo, y tratan de coquetear o seducirlas en busca de una oportunidad. Esto crea en los recién divorciados la sensación de que sí anhelan una experiencia sexual, de que seguramente se “echa de ver”, de que se percibe facialmente con solo verlos. Recordemos que la naturaleza ha diseñado el deseo sexual como una experiencia estrictamente mental, solo evidente en el plano personal.