Soy un hombre separado de 44 años. Yo dejé a mi esposa porque era muy celosa, y hasta se ponía violenta cuando creía que yo andaba con alguien. Casi siempre pasaba enojada, sin hablar y rara vez teníamos relaciones. Ahora yo me fui a vivir con mi mamá y ella que siempre fue orgullosa, ahora “está ganosa” conmigo, llega a visitar a mamá, me hace ojitos, se muestra simpática y me mete conversa.  ¿yo no sé si debería volver con ella?  

Las separaciones son eventos emocionales muy dolorosos porque desvanecen todas aquellas ilusiones de la vida en común, y que decir cuando suceden cuando hay niños de por medio. Bajo ese contexto, es que las reconciliaciones suelen suceder de manera apresurada, con el riesgo que luego suceda una nueva separación.

Una buena reconciliación es aquella en la que ambos están dispuestos a hacer todo lo necesario para que las cosas funcionen. Más allá de un arreglo a la carrera se debe recordar que la idea primordial es que aquello que separó a la pareja, esté superado antes de volver. Así, si los celos dieron al traste con el proyecto marital, se debe buscar ayuda profesional para aprender a manejar y controlar los celos y así poder crear una nueva dinámica marital.

El éxito marital no solo depende del cariño que se profesen, sino también de la capacidad que tengan para superar esas limitaciones personales que no permiten una vida armónica. Así, si ambos anhelan la reconciliación, la idea es hacerlo bien, que la reconciliación sea el inicio de una nueva etapa en la vida de pareja en la que se lleven bien y sepan lidiar con los contratiempos que depara la vida.