Soy una mujer de 44 años, vivo en unión libre. Vengo de una familia numerosa, tengo cinco hermanas, y tres hermanos, y si cuento a mis tíos y primos “es de nunca acabar”.  En mi familia “por los dos lados” no hay un solo cáncer de mama y eso que somos muchas mujeres. Por eso ni mis hermanas ni yo nunca nos hemos hecho la mamografía, además yo no tengo ninguna molestia ni me toco ninguna pelota, pero hoy viendo su programa me dejó con duda.

El cáncer de mama es el proceso canceroso más frecuente en la mujer y tiene la particularidad de que se puede superar si se detecta a tiempo. Esa es la razón por la cual se realizan tantas campañas de motivación destinadas a hacer conciencia de la importancia de acudir al control periódico, para así realizar los estudios diagnósticos entre los cuales el más importante en la etapa inicial es precisamente la mamografía.

Hoy se sabe que este cáncer puede tener un patrón familiar, es decir, aquellas pacientes en las que la madre o algún pariente cercano lo ha padecido, tienen un mayor riesgo de desarrollar este tumor.

Sin embargo, el factor familiar es solo uno de los tantos elementos que determinan la formación del cáncer de seno, al punto que se sabe que la mayoría de las mujeres que enfrentan un cáncer de mama no tienen ningún familiar afectado con esta enfermedad, es decir, para la mayoría el factor hereditario no está presente.

Por eso el control mamario, el autoexamen y la realización de la mamografía son medidas de detección que toda mujer debe realizarse independientemente de los antecedentes familiares. Por otra parte, la idea es lograr una detección en las etapas tempranas de la enfermedad, de ahí la importancia de consultar aun cuando no existan molestias ni alteraciones.