PREGUNTAS COTIDIANAS
A MI ESPOSA LE GUSTA TOCARME EN PÚBLICO
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Soy un hombre de 31 años. Tengo tres años de casado. De novios, mi esposa y yo nos besábamos y demás en sitios públicos porque ambos vivíamos con la familia. Ahora estamos casados y vivimos en un apartamento, pero ella sigue siendo “demasiado cariñosa” cuando vamos en bus o estamos en el trabajo o en una fiesta. Ella me toca cada vez que puede, claro de manera disimulada, pero yo me siento incómodo.
Esta es una situación relativamente común. Algunas personas son muy propensas al contacto corporal y aprovechan cualquier oportunidad para expresar el afecto de manera física. Cuando se trata de una relación de amistad, optan por los abrazos, los besos en la mejilla, y cuando es una relación de pareja a veces son demasiado efusivas y tienden a optar por besos a la francesa, roces y tocamientos disimulados de carácter sexual.
Estas personas lo viven como una travesura que disfrutan y las motiva sexualmente. Muchas veces ignoran, por un lado, que la pareja se puede sentir incómoda y, por otra parte, que en nuestro medio suelen ser mal vistas estas muestras tan efusivas de afecto, sobre todo cuando tienen cierto carácter sexuado. Recordemos que, en países como el nuestro, muchas de las actividades laborales, familiares y académicas se realizan en ambientes familiares, donde llegan niños, abuelos, tíos.
Por eso, es entendible que se genere cierta incomodidad. Desde luego, la mayoría de las personas entienden rápidamente el contexto en el cual se vive y reservan estas muestras de afecto para sitios privados o ambientes permisivos. En este sentido, con una conversación sincera, la mayoría de las veces se acaba el problema. Solo en algunos casos es necesaria la asesoría profesional.