CON 50 AÑOS UN CHIQUILLO DE 27 AÑOS ME OFRECE MATRIMONIO
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Soy una mujer divorciada de cincuenta años. Me divorcié hace siete años y ya mi hijo está grande y se va a estudiar fuera del país. Hace tres años que salgo con un muchacho y llevamos ocho meses viviendo juntos. El problema es que él tiene apenas veintisiete años. Nunca había tenido una relación con un hombre menor, aunque me fascina, siento que “pegue la lotería”, aunque nunca quise ilusionarme. Cuando supo lo de la beca de mi hijo de inmediato me ofreció que nos casáramos y yo no sé qué decirle y qué dirá todo el mundo.
La verdad es que quien “pega la lotería” poco le importa lo que digan los demás, y eso es una máxima en materia emocional en el sentido que todos tenemos derecho a ser felices, aunque sea una felicidad pasajera e incierta.
La ciencia es clara en señalar que las diferencias de edad no son determinantes ni definen ni condicionan el éxito de pareja. Son muchas las parejas de la misma edad que se separan en un “abrir y cerrar de ojos”, de tal forma que la equivalencia etaria no nos asegura nada. Si hay una atracción verdadera, sin ambos son de buen vivir, si saben manejar las diferencias y los conflictos, y se profesan un amor genuino “lo demás está demás”. Si piensas que necesitas más tiempo tómese todo el tiempo del mundo, pero no deseche la idea simplemente por la edad.
Bien dice el poeta “si lloré o si reí lo importante es que emociones viví”. Por eso, si se está segura de que la relación es auténtica, la recomendación sincera es que viva intensamente toda “esta locura de amor”. Desde luego que le puede ir mal. ¿y qué?
Más bien debe verse usted misma como una persona afortunada que tiene la oportunidad de vivir una situación de estas. Claro está, no espere que la gente la entienda ni que la apoye, por el contrario “medio mundo” se le vendrá encima. Pero eso es poca cosa en relación a lo que está por vivir. Por lo general, este tipo experiencias, duren un mes o toda la vida, valen la pena.