LA SIGUE VIENDO EN CUARENTENA Y NOS PONE EN RIESGO A TODOS
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Soy una mujer casada de 44 años. Vivo con mi esposa, mis dos hijos y mi suegra. Sé que mi esposo tiene una querida. Él siempre lo ha negado. Pero ahora está con teletrabajo ya no tiene motivos para salir de la casa. Sin embargo, siempre pone excusas para salir, dizque por asuntos del trabajo, pero yo sé que se va para donde esa mujer. A mí no me preocupa porque nosotros no tenemos relaciones, pero me da miedo que nos contagie con el CORONAVIRUS.
Son muchas las parejas que llegan a acuerdos maritales de tal forma que conviven aun cuando el lazo afectivo ha sufrido fuertes deterioros. Algunos simplemente cohabitan teniendo el menor contacto posible, es decir, cada uno vive su vida, y lo único que se comparte es la casa. Otros mantienen una relación fraterna que puede ser estrecha emocionalmente, pero sin vida sexual. Y están aquellos que asumen el rol de padres, pero no el de esposos y mantienen una vida familiar sin que exista un nexo de pareja activo.
Bajo estas circunstancias es entendible que uno o ambos miembros de la pareja busque su satisfacción sexual fuera de la relación y es común que cada cónyuge se resigne a esta situación que desde luego no es grata para ninguno pero que curiosamente suele prolongarse durante años.
La inercia que perpetúa este tipo de vínculos se ha visto irrumpida por el surgimiento del COVID-19, en el sentido que tener vida sexual con una pareja con la que no se cohabita pone en riesgo de contagio, a los familiares con los que se vive.
La situación actual que vive el mundo exige un enorme cuidado y es menester de las parejas aclarar, en buenos términos, estas situaciones ambiguas que resultan tan riesgosas y ponen en peligros a los seres queridos.