CON SOLO OÍR UN BEBÉ LLORANDO ME SALE LECHE
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Soy una mujer casada de 38 años. Siempre fui muy buena para la lactancia. Amamanté a mis hijos y también a un sobrino, y doné leche a los bancos de leche materna de los hospitales. Tengo tres años de que no doy de mamar porque mi hijo menor ya está grande. Pero he notado que cuando escucho el llanto de un bebé, los senos me duelen y al otro día tengo una secreción por ambos pezones. Siempre me ha pasado y no sé si es por mi facilidad para la lactancia.
La reproducción tiene un papel protagónico para la naturaleza. Así la ovulación, la producción de espermatozoides y la lactancia son fenómenos preferenciales que gozan de toda una base neurológica, hormonal y metabólica, compleja y exacta.
Específicamente en la producción de leche intervienen diversos factores, dentro los cuales destacan el papel que juega el recién nacido, en el sentido que la succión del pecho aumenta la producción de leche, al punto que entre más succión, más leche se produce, de igual manera, muchas madres con solo ver o escuchar al infante desencadenan la producción y la expulsión láctea.
Estos mecanismos son totalmente normales y a veces persisten a lo largo del tiempo sobre cuándo se ha amamantado por mucho tiempo y más a varios niños, como ocurre con las clásicas nodrizas.
En nuestra sociedad las parejas no tienen tantos hijos como antes, de manera que el tiempo que se le dedica a la lactancia es mucho menor que en otras generaciones, por lo que es poco común observar estos fenómenos de producción de leche en reacción a estímulos auditivos.
Desde luego que, aunque es totalmente normal que suceda siempre es importante realizar un chequeo hormonal para devolverle la tranquilidad a la madre.