El líquido del orgasmo
EYACULACION FEMENINA
Chorros de placer
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El concepto de eyaculación femenina emerge en la década de los años ochenta de la mano de los términos punto G y orgasmo G. A esta fecha, todavía resulta sorprendente. Siempre se entendió el fenómeno eyaculatorio como exclusivo del hombre, porque se refiere específicamente a la salida del semen por el miembro masculino.
Desde hace años existían reportes de que algunas mujeres expulsan una gran cantidad de líquido al momento del orgasmo. Como con la excitación se genera un fluido que moja las paredes vaginales para evitar que la penetración sea dolorosa, siempre se atribuyó a esa lubricación vaginal.
Sin embargo, las investigaciones confirmaron que la sustancia realmente sale por la uretra –caño de la orina–. De inmediato se pensó que esas mujeres padecían de una incontinencia urinaria y que, con el esfuerzo del orgasmo, se les salía la orina.
El relato vivencial de las parejas puso en entredicho esta conclusión, por cuanto describen que la secreción no huele a orina y, a pesar de ser abundante y mojar las prendas de cama, no se acompaña de ese olor urinario tan “sui generis”.
Esto motivó a los investigadores a estudiar la secreción. Encontraron que tanto física como químicamente difiere de las condiciones urinarias y, más bien, se asemeja al fluido prostático masculino. Asimismo, se produce aun cuando la mujer haya orinado antes de la relación sexual, y a diferencia de la incontinencia urinaria clásica, esta salida de líquido solo ocurre con el acto sexual y no con los esfuerzos físicos.
Por todo esto se acuñó el concepto de “eyaculación femenina” para designar a ese líquido abundante que sale en chorros y a propulsión por la uretra, sobre todo cuando se experimenta el orgasmo por estimulación del punto G.
Con respecto a las características del eyaculado, su volumen varía de una mujer a otra, e incluso en una misma mujer según las circunstancias. En general, son cantidades que rondan los 300 cc y pueden alcanzar los 500 cc. Se ha descrito como “agua de coco”, es decir, un líquido blanco transparente, con algunos grumos y con un leve olor a uratos.
Este descubrimiento reviste una enorme importancia, pues muchas mujeres se sienten acomplejadas creyendo que se orinan con las relaciones sexuales. Por eso algunas las rehúyen, otras evitan el orgasmo y no pocas pierden el gusto por la sexualidad. Es más, algunas habían sido operadas de la vejiga, sin éxito, porque tanto el médico como la paciente lo consideraban un caso de incontinencia urinaria.Desde el punto de vista médico, el diagnóstico es bastante sencillo. Se pide a la pareja recoger una muestra del líquido, la cual se analiza microscópica y químicamente para diferenciarlo de la orina.
Desde luego, no en todas las mujeres se presenta esta eyaculación, y en algunas puede tratarse de un problema en la retención de la orina. No obstante, se calcula que entre el 5 y el 20% de las mujeres experimentan este fenómeno habitualmente y cerca del 60% de manera esporádica .
Los amantes diestros disfrutan de la eyaculación femenina como un platillo más en el mundo de los placeres del sexo.