ME DA VERGÜENZA PEDIR LO QUE ME GUSTA A NUEVA PAREJA
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Soy una mujer divorciada de 34 años. A mí me costó mucho disfrutar del sexo. Fue que oyéndolo a usted sobre la importancia de explorar la sexualidad fue que aprendí a llegar al orgasmo. Pero para eso yo necesito ciertas caricias en la zona anal. El problema es que yo estuve casada casi nueve años, pero ahora me divorcié hace seis meses, y ahora no sé cómo voy a pedirle a una nueva pareja algo así, me da vergüenza.
Para que se forme y consolide un vínculo de pareja se deben pasar diversas etapas en las cuales se generan en las diversas áreas de la vida, cada vez más confianza, y esto incluye desde luego la esfera sexual.
La intimidad por sí misma requiere de una atmósfera distendida y cálida en la que reine la seguridad de que se puede expresar mis gustos sin que sean mal vistas ni generen rechazo y eso solo se consigue con tiempo.
Es decir, aquellos gustos, que probablemente todos tenemos, y que puede ser mal interpretados difícilmente se pueden compartir de buenas a primeras cuando se inicia un vínculo.
Decirle a la pareja lo que me gusta, cómo me gusta, dónde me gusta y en qué momento me gusta, sin lugar a dudas requiere de una amplia confianza. Hay que darle tiempo a que la relación se afiance para poder disfrutar todas las facetas de la sexualidad.
Tal vez sorprenda, pero son muchas las parejas que llevan años juntos y que nunca han podido hablar abiertamente sobre sus preferencias en la cama. Han vivido una relación de larga data viviendo una sexualidad limitada, restringida y apática por esas inhibiciones que suelen surgir cuando se toca el tema de la sexualidad.