SIEMPRE HAY UN ROTO PARA UN DESCOCIDO
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Soy un hombre soltero de 24 años. Nunca he tenido novia, mucho menos relaciones sexuales, y casi no tengo amigos. Mi problema es que cuando hablo con alguien me pongo nervioso y si es una mujer que me gusta, me pongo rojo y me sudan las manos. En mi casa me dicen que “siempre hay un roto para un descocido” pero a mí no me sale nada, bueno sí me sale, pero no me animo. Yo me conformaría con una mujer, aunque sea fea.
Muchos individuos tienen facilidad para interactuar socialmente, son hablantines, “entradores”, simpáticos, y fácilmente llenan su mundo de amigos, y con cierta facilidad establecen vínculos de pareja, por el contrario, otros tienen enormes dificultades, y experimentan problemas para crear amistades y qué decir parejas, al punto que se ven sumidos en estados de soledad que los agobian.
La frase de “siempre hay un roto para un descocido” no significa que como yo me creo “poca cosa” voy a buscar una pareja que considere poco atractiva y lejos de los estereotipos de belleza. Esta frase quiere decir que todos tenemos la oportunidad de crear un vínculo pleno justo a nuestra medida, algo así como nuestra “media naranja”.
En estos casos es importante recordar que el problema no se soluciona buscando una mujer que no le guste, con la cual le resultará más fácil conversar, sino que la verdadera solución reside en buscar ayuda profesional. Es decir, no debemos resignarnos a vivir con esta problemática sino más bien resolverlo.
Son muchas las personas que tienen este tipo de dificultades y con los abordajes actuales logran comunicarse con facilidad sin sentir esa ansiedad contraproducente, y así pueden desenvolverse adecuadamente tanto con hombres como con mujeres.