Soy un hombre soltero de 27 años. A mí me gustan las mujeres que son frondosas por detrás, y que sean anchas de caderas y soy de los hombres que le gusta estar acariciándolas todo el día. Estoy empezando una relación con una muchacha que es muy guapa y me dice que no la toque porque las amigas dicen que, si uno las toca mucho, sea arriba o abajo, las nalgas o los pechos se caen y además que les salen celulitis y estrías. ¿Es cierto?

La sexualidad ha sido un tema prohibido durante los últimos dos mil años. Son los estudios pioneros de Kinsey, Masters y Johnson los que levantaron el velo de censura hace apenas menos de 100 años. Se comprenderá porqué, todavía persisten tantos mitos en torno al tema sexual y porqué la mayoría gravitan en contra del deleite sexual.

Bajo esta perspectiva es entendible que todavía circulen múltiples falsedades en torno a las caricias, entre ellas que el toque sexual provoca flacidez en los tejidos corporales en especial en las zonas más sexuadas como muslos, nalgas y pechos. Otras mentiras hacen mención a que propicia la celulitis y están aquellos que dicen que los senos se caen, así como las nalgas y hasta la misma papada.

Por eso debemos ser claros en señalar que las caricias en cualquier parte del cuerpo ejercen un efecto positivo en la integridad del organismo. En la parte física sabemos que el contacto piel con piel aumenta las defensas, propicia el descanso y la reparación de los tejidos. En el ámbito mental, genera estados intensos de relajación, permiten una visión más amplia de la vida, y favorecen la concentración. Desde el punto de vista emocional, la caricia le da más sentido a la vida, estrecha los lazos afectivos, aumenta la autoestima y contribuye a la plenitud emocional.

Por eso nuestra recomendación sincera para todas las parejas, es que las parejas conviertan la caricia en parte fundamental de la vida cotidiana.