SIEMPRE DICEN QUE SON LOS HOMBRES, PERO MI ESPOSA ME CONTAGIÓ
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Soy un hombre divorciado de 43 años. Estoy cansado de escuchar a todo el mundo decir que todos los hombres son infieles, cuando en realidad muchas mujeres también lo son. A mí me pasó, desde el día en que me casé jamás le di vuelta a mi esposa, y resulta que fue ella la que me fue infiel y tras de eso me contagió con una gonorrea. Como sociedad estamos creyendo que la calidad de una persona está regida por el sexo, y eso no es cierto.
Su comentario tiene mucho de razón. Sin lugar a dudas nuestra cultura está pasando una etapa de transición en materia sexual. Venimos de un pasado en el cual el hombre gozaba de una permisiva impunidad y probablemente muchas personas se han ido al otro extremo, y hoy juzgan a priori y ven en cada hombre un infiel de hecho o infiel en potencia.
Desde luego que eso no es cierto, son muchas las personas, hombres y mujeres, de todas las edades que valoran la fidelidad, y se sienten ofendidos cuando escuchan esos comentarios. También es cierto que muchas otras han optado por mantener relaciones informales porque se sienten más a gusto sin profesar la fidelidad. Ambas posturas son totalmente respetables en una sociedad pluralista como la nuestra.
Como es de entender el problema surge cuando se crea un vínculo emocional formal, en el que ambos asumen explícitamente la fidelidad como parte estructural del vínculo y por múltiples razones y de manera subterfugia mantienen vida sexual con otras personas. Eso lo vive la pareja como una fuerte ofensa que lidia con la traición y la carencia de valores.
Por eso, aunque históricamente la infidelidad fue un asunto más de hombres que de mujeres, hoy, contrario a lo que se piensa, son cada vez más los hombres que ven en la fidelidad una muestra del amor que se profesa y cumplen a cabalidad.