Quiero una cita

¿Cómo incluir un divertimento en el intermezzo de la salud mental?

Tabla de Contenidos

¿Cómo incluir un divertimento en el intermezzo de la salud mental?

Dr. Winston Villamar, Phd.

Médico, Psiquiatra

 

Escribir al DR. Mauro Hoy

Se dice, por la voz de algunos referentes (filósofos, psicólogos, psiquiatras, sociólogos, antropólogos, etc.) que vivimos en un mundo donde el ser humano está perdiendo la capacidad para relaciones afectivas profundas. Personalmente, no estoy de acuerdo con este juicio. Lo que me parece es que en salud mental (donde se trata esto de la afectividad de manera específica), se dan transformaciones expresivas que a veces confunden a los pesimistas, más dispuestos a escuchar lo negativo para afirmar un discurso insípido.

Pero la realidad es que, independientemente de las transformaciones, el ser humano no ha perdido la capacidad para manifestaciones (y por lo tanto, relaciones) afectivas profundas. Lo que creo es que los intereses mercantilistas lo tienen algo alienado, pero cuando la persona se queda quieta consigo misma, puede descubrir que es capaz de una serie de divertimentos dentro de los intermezzos necesarios para la composición “profunda”.

Le participo diez de los más frecuentes que me han comunicado algunos de los mejores compositores del sentimiento profundo de la vida que he conocido:

1. Turistear en la misma ciudad o pueblo donde se vive. Caminando plácidamente, dejando correr el tiempo, admirando detalles que por buen tiempo le habían pasado desapercibidos.

2. Escuchar música agradable. Dejarse llevar por la imaginación de manera que viva según lo que los acordes le sugieran, o tararear a la manera de un compositor improvisado.

3. Cerrar los ojos y pensar en alguien o algo agradable. La idea es gozar la vivencia de manera que no haya sentimientos culposos por pérdida de tiempo o porque debió estar en otro lugar durante este momento de gratificación gratuita.

4. Pensar, por un momento, en un mundo mejor. Esto no es tan fácil por la alienación casi permanente inducida por algunos medios de comunicación, pero si puede, intente imaginarse la vida en el mundo en que vive, como positiva y agradable.

5. Hacer una “regresión al servicio del yo”. Juegue como niño, sonría como niño, emociónese como niño. Si puede, hágalo con otros niños, que podrían ser familiares o pares con esta predisposición a tal clase de paréntesis.

6. Reunirse con personas agradables. No haciendo regresión sino dentro del  nivel de su correspondiente edad de madurez, para una conversación “inteligentemente ingenua”.

7. Leer parte de un libro que le sea grato. En este caso, no imponerse la lectura sino tomar el libro como cuando se acerca a tomar un refresco. Gozar a las palabras y dejarlas que le acaricien la mente con imágenes refrescantes.

8. Relajarse por un momento. Olvidándose de que tiene que ser inducido por tal o cual técnica, solamente aflojando el cuerpo y dejándolo como dormido aunque esté despierto.

9. Asistir a un espectáculo agradable. No necesariamente el fin de semana, sino cualquier día. Prefiera películas, si fuera el caso, tipo comedias o románticas no dramáticas.

10. Darse el gusto con algún postre fuera del tiempo de la comida. Sin pasarse de la raya, una pequeña “delicadeza”, de acuerdo a sus posibilidades económicas.

¿Difícil? Tanto como el deseo de encontrarle el gusto a la vida con intermezzos como estos.

Atentamente,

Dr. Winston Villamar.

 Un pensamiento:

“La vida la llenamos de momentos, aunque no nos demos cuenta”

 SECCIÓN PREGUNTAS

La invitación es a enviar sus preguntas o comentarios. De los lectores que nos escriben, ponemos solamente sus iniciales, en función de la privacidad.

En relación al boletín anterior (¿Cuál es la historia que le cuenta al tiempo la salud mental?), no hemos recibido preguntas.

 REVISION DE OBRAS

El libro recomendado para este mes es “La delicadeza”, del francés David Foenkinos. Como ejemplo de una de las sugerencias: para pasar el rato manteniendo el buen gusto literario.

Venta de libros del Dr. Mauro