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La fuente de la juventud descubierta en Costa Rica.

LAS ZONAS AZULES DEL MUNDO I

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LAS ZONAS AZULES DEL MUNDO I

El término zonas azules es relativamente nuevo y se refiere a unas cuantas áreas del planeta, donde la vida de las personas se prolonga por muchos más años de lo normal.

Escribir al DR. Mauro Hoy

En el mundo solo se han detectado hasta ahora cinco de estas zonas. Una de ellas en el lejano oriente, la provincia de Okinawa en Japón; otra en Europa, en la mítica isla de Cerdeña en el Mediterráneo italiano, y tres en América: Loma Linda en California, Nueva Escocia en Canadá, y aunque parezca increíble, la más extensa de todas se encuentra en la Península de Nicoya en Guanacaste, que además se destaca por contar con la mayor cantidad de gente con un siglo de vida o más.

Desde ya le digo que en estas zonas no solo se vive más años, sino que estos sobresalientes centenarios disfrutan de una extraordinaria salud. Tienen menos incapacidades, se enferman menos, rara vez son obesos, tienen una movilidad corporal inusual y además, como si fuera poco, están muy satisfechos con sus vidas. Es decir, las zonas azules están pobladas por personas longevas, con existencias largas, saludables y placenteras.

Resulta interesante que lugares tan disímiles como Japón, Canadá, California, Italia y Costa Rica compartan una característica tan preciada como la longevidad sana. Por eso, la ciencia se ha dado a la tarea de estudiar esta particular alquimia para encontrar el elixir de la vida.

Entre los factores comunes que presentan estas poblaciones que de por sí, gozan de estilos de vida muy diferentes, figura una serie de características que están presentes desde temprana edad y que forjaron una forma de vida distante a la del resto de la población del país natal.

En primer término, destaca una alimentación rica en frutas, verduras, legumbres y cereales; ingredientes que desdichadamente cada vez están más ausentes en la dieta diaria del costarricense. Son muchos los niños que ni siquiera les apetece comer frutas, niños que no se deleitan con los jocotes, que no conocen qué es una anona o una guanábana; infantes y jóvenes que pasan semanas y a veces años sin comer pejibayes, elotes, tacacos o marañones. Ciudades enteras que se privan de los caimitos y de las guabas, del palmito y del arracache.

Mientras en las zonas azules se vive sanamente porque –entre otros factores- se come sanamente, el resto de nuestra sociedad sigue siendo presa fácil de las dietas saturadas en grasas, de manera que multitudes caerán inexorablemente en la obesidad y las enfermedades que esta depara, que condicionan una vejez llena de limitaciones y enfermedades, que ameritan cuidados especiales y que nos alejan de la vida misma.  

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