Quiero una cita

Un clamor popular.

EL VALOR DE UNA CAMPAÑA.

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EL VALOR DE UNA CAMPAÑA.

Recientemente los pueblos latinoamericanos se han organizado de diferentes maneras para protestar, alarmar o manifestarse en torno a aquellos temas que agobian a la población y que, sin embargo, no están en las agendas gubernamentales.

Escribir al DR. Mauro Hoy

De ahí surge la pregunta, sobre el valor de estas marchas. ¿Realmente han servido de algo las marchas en contra de las drogas?, ¿Han servido los conciertos que los filántropos rockeros han realizado alrededor del orbe? Fue triste observar que en los conciertos en muchas naciones latinas se consumía droga por doquier.

De igual manera, recientemente en México, el pueblo se tiró a las calles para protestar por la ola de violencia que ha afectado a la ciudadanía y en plena manifestación, un grupo de secuestradores hacia de las suyas.

Por eso hay que tener claro el valor de la protesta. Hay que ser congruentes con los alcances de las manifestaciones. Tras esta jornada en contra del cáncer que hemos celebrado de manera cívica y ordenada el día de ayer, de inmediato nos preguntamos, ¿De qué servirá? Porque poco ganamos con que nuestras mujeres tomen conciencia de la importancia del autoexamen mamario, si esto no se acompaña de una actitud de nuestros gobernantes para proveer de mamógrafos a nuestra querida Caja Costarricense del Seguro Social.

Es poco lo que ganamos con que el Saprissa se halla vestido de rosado, si esta actitud no se acompaña de una acción gubernamental que permita al Seguro Social contar con más radiólogos, más ginecólogos y más oncólogos.  Si la toma de conciencia no es integral y abarca a todos los estratos de poder de nuestra población, lo que puede provocar esta buena iniciativa es un aumento en los cuellos de botella en nuestros centros de salud. 

Es decir, en este momento la cita para una mamografía en muchos centros está para seis a doce meses. Si con esta campaña nuestras mujeres, ya concientes de este riesgo, acuden en masa, como debe ser, las citas probablemente se programen hasta por años. Porque hoy no contamos con los recursos humanos y tecnológicos para cubrir a toda la población asegurada.

Recordemos que toda mujer debe realizarse su primera mamografía a las treinta y cinco años. Si esta es normal, el examen se debe repetir a los cuarenta años. De ahí en adelante, cada dos años hasta los cincuenta años. Cuando la mujer cumple los cincuenta años, la mamografía debe realizarse anualmente.

Sirva esta indicación para guiar a nuestras mujeres y motivarlas, pero también para que entendamos que es muy difícil que el Seguro Social en una abrir y cerrar de ojos, pueda realmente proteger a toda la población en riesgo.

Por eso para aprovechar realmente esta expresión de clamor popular y a sabiendas que esto no es una tarea que se resuelve en un año, se le debe exigir a tantos y tantos candidatos y precandidatos a la presidencia comprometerse con esta lucha; a que le agreguen la bandera verde y blanca, la roja y amarilla, la roja y azul y cuantas otras existan un lazo roza como señal de compromiso. 

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