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Un acto de fé.

EL DÍA DE LA NEGRITA

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EL DÍA DE LA NEGRITA

Es maravilloso ver lo que acontece en el país año tras año, el dos de agosto, los romeros recorren grandes distancias en el nombre de la fé para llegar a la Basílica de los Ángeles.  Los devotos no hacen reparos en sus características físicas, peregrinan gordos, flacos, altos bajos, viejos y jóvenes, unos corren otros caminan pero todos llegan.

Escribir al DR. Mauro Hoy

Esto es lo que precisamente nos falta como país, que el día de la Virgen de los Ángeles se celebre todos los meses, y porque no cuatro a veinte veces por mes, porque además de un acto de fé y convicción, el ejercicio es arduo, y nuestra población amerita con urgencia hacer ejercicio.

Este acto de fé que es la peregrinación nos demuestra que todos podemos, que el ejercicio no esta reservado para los musculosos, para los grandes atletas, sino que todos podemos hacer ejercicio y beneficiarnos, lo único que requerimos es una motivación para hacerlo. 

Hoy la esperanza de vida es muy alta, las personas que tienen entre veinte y cincuenta años probablemente van a vivir hasta los noventa o cien años, y sino hacemos ejercicio pasaremos varias décadas enfrentando todas las enfermedades que se derivan del sedentarismo, que unido al sobre peso, representan las dos primeras causas de muerte e invalidez en el país.

Nos estamos muriendo por echados, por golosos, por comelones, y por sucumbir al licor y al tabaco, los últimos treinta años de nuestra vida las vamos a pasar en una silla de ruedas o en una cama, simplemente porque no cuidamos lo que comemos ni lo que hacemos con nuestro tiempo libre.

En bicicleta, en la calle, en la Sabana, en la piscina, en el gimnasio, como sea, pero tenemos que reconciliarnos con el ejercicio, porque de lo contrario nos haremos amigos íntimos de las enfermedades.

La diabetes, el cáncer, la presión alta, los derrames y los infartos, comúnmente no nos matan en un solo episodio, sino que nos van disminuyendo lenta y progresivamente la calidad de vida, el desempeño sexual, la vista, la energía, el habla, y después acaban con nosotros, y todas ellas las podemos evitar, disminuir  y controlar con mucho ejercicio y buena comida.

Algunas personas realizan ejercicio dos veces por semana, otros destinan quince minutos diarios y aun cuando debemos felicitarlos por la iniciativa, hay que ser claros que el ejercicio realmente reparador es aquel que se realiza cinco a seis veces por semana durante cuarenta y cinco minutos o más. En las personas mayores de cincuenta años es válido caminar pero en personas más jóvenes es recomendable trotar o correr, así como practicar deportes de equipo como el fútbol, el voleibol o el básquet,

Que sirva este  dos de agosto para percatarnos que si podemos, que si se puede hacer ejercicio, si llegue hasta la Basílica, yo soy capaz de correr esos siete kilómetros diarios que son tan sanos.

Venta de libros del Dr. Mauro