En muchos animales, las relaciones sexuales son dolorosas. Ese es el caso de los felinos, particularmente en los gatos, la sexualidad genera dolor en la hembra. Curiosamente, el pene del gato tiene una especie de espinas, llamadas espículas, que están dispuestas de forma tal que molestan un poco con la penetración  y causan un fuerte dolor con los movimientos de extracción del pene. Por esta razón, es muy conocido el fuerte maullido de las gatas en el acto sexual. Se cree que estas espinas estimulan una serie de cambios hormonales que generan la ovulación y, por ende, el embarazo.