Cada vez que tenemos la oportunidad de emocionarnos con los partidos de fútbol de los diversos campeonatos, es un buen momento para cuestionarnos si estamos o no haciendo el deporte que requiere nuestro cuerpo, nuestra salud y, sobre todo, nuestra salud sexual. Si nos gusta tanto el fútbol, ¿por qué no pasar de espectador a jugador, y de paso, contribuir a nuestra calidad de vida?

Estamos en temporada de futbol y de buen futbol, hemos disfrutado y sufrido la Copa de Oro y ahora nos encontramos llenos de esperanza ante los nuevos retos de nuestra selección. Ya es costumbre en nuestra sociedad que estos partidos sean motivo de reunión casera, donde se disfruta de la familia, del partido y de las comidas.

Claro en estos torneos cortos, en la primera ronda hay partidos todos los días, y partidos buenos,  que nadie quiere perdérselos y sobre todo disfrutarlos. Sin embargo bajo esta pasión futbolera y este fanatismo bien entendido, muchas personas caen en las tentaciones culinarias. Se come de manera desmedida y acorde al juego, no solo se come sino que se devora, sin percatarnos que al finalizar la Copa, habremos ganado varios kilos de más.

Para el individuo sano esto representa todo un reto. Una vez pasada esta seguidilla de partidos,  los días se tienen que dedicar a recuperar el peso perdido, a expensas de una  dieta comedida y una fuerte dosis de ejercicio.

Para el individuo enfermo, esos kilos de más pueden representar una verdadera amenaza, esto es particularmente cierto en el paciente con azúcar en la sangre, con presión alta, o aquellos que han sufrido infartos o derrames, situaciones en las cuales el aumento de peso pueden agravar estas enfermedades.

Adicionalmente, estos kilos de más pueden afectar de manera importante el rendimiento sexual. Hoy sabemos que la respuesta sexual del varón es un mecanismo enormemente complejo que requiere la integridad de múltiples órganos y estructuras, esta es la razón por la cual enfermedades que afectan órganos que no tienen que ver con el sexo pueden producir serias alteraciones sexuales, tal es el caso de la diabetes, la hipertensión y la misma obesidad, por ejemplo.

Es importante mencionar estas repercusiones sexuales del sobrepeso, porque para muchos la salud no es tan importante,  pero si harían cualquier cosa por cuidar su esfera sexual. Para muchos varones la sexualidad es sagrada y están dispuestos a cuidarla a toda costa. Por eso, debemos no solo ver los partidos, sino también jugarlos, es decir, hacer del futbol una vivencia diaria, armar mejengas y partidos con compañeros y familiares, para que la salud en general se robustezca y más aún la salud sexual.