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Astucia, Inteligencia y Sabiduría

¿Cómo funciona el factor AIS en la salud mental?

Armonía vs neurosis

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¿Cómo funciona el factor AIS en la salud mental?

“Si la astucia me dice esto te conviene, la inteligencia me reclama sobre si esta conveniencia es racional, y la sabiduría observa para decidir si aprobar o no”

Escribir al DR. Mauro Hoy

¿Es su vida una armónica disarmonía o una disarmónica armonía? No, no es un juego de palabras, pues existen personas que viven en una disarmonía que controlan como equilibristas, y esto es lo que se llama vivir una doble vida, o ser neurótico, o estar bajo presión permanente por no poder ser auténtico. Como quiera que le llamemos, es una situación no deseable. Los que viven en disarmónica armonía aceptan su situación de vida dentro de las posibilidades para generar cambios deseables pero sin querer tener el control de todo sino la adaptación sana a su relatividad. El seguir uno de estos dos caminos depende, en mucho, del acrónimo AIS, que significa: astucia, inteligencia y sabiduría.

La astucia (factor A) la definimos como la capacidad intuitiva para percibir de manera casi automática lo que considera le conviene más a la persona en una situación dada.

La inteligencia (factor I) la concebimos, para el presente caso, como el manejo de la astucia para que esta no se desborde sino que considere mejor los pro y los contra de una actitud o actividad dada. Vendría a ser como un filtro de lo racional ante la percepción intuitiva de lo aparente o realmente conveniente.

La sabiduría (factor S) es vista para nuestro breve ensayo como la capacidad para discernir con un espíritu valórico superior lo que la inteligencia ha filtrado de la intención primaria que sugiere la astucia.

Estos tres factores no van separados el uno del otro, sino que se van agregando a medida que el ser humano va creciendo, de modo que en lo que vemos con predominancia en un niño (el factor A), ya en un adulto es posible darse cuenta que no lo es, porque se va exponiendo progresivamente, primero al factor I, y luego al S.

Lamentablemente, para este modelo propuesto, hay dos factores que atentan contra la efectividad de su constructivismo:

El primero es que no crecemos como entidades autónomas de manera mecánica. Cada ser humano es producto de una casi infinita suma de situaciones que van condicionando su procesamiento del conjunto AIS.

Por otro lado, siempre estaremos expuestos al factor incidental o interviniente, ese que generalmente ni esperamos ni deseamos, como es el accidente, la enfermedad o la situación gravosa propia o de un ser cercano a nosotros. En esta situación, la conformación del AIS se confronta a una prueba que a veces rebasa sus opciones de ajuste.

Por las razones anotadas, me permito sugerirle el siguiente breve ejercicio:

Uno, pensar en lo que a usted le hace feliz en el día a día, de manera que al llegar la noche no se transforme el recuerdo sobre las experiencias previas en algo que “por fin terminó” sino en parte de una secuencia de gratificación.

Dos, analizar lo que determinó la tranquilidad y alegría de vivir el día, de manera que establezca un patrón entre la gratificación de “este día” y el engarzamiento de las actividades cotidianas dentro de un proyecto de vida a mediano y largo plazo.

Finalmente, integrar toda la reflexión dentro de la mayor de ellas y es cómo todo esto se incluye en una intencionalidad de vida que pretende ser feliz junto con sus seres queridos, y donde las amenazas se toman como parte de un confrontamiento pro-vida.

Atentamente,

Dr. Winston Villamar.

Venta de libros del Dr. Mauro