¿Siempre quieren?
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A nivel popular, se cree que los animales siempre están dispuestos a la sexualidad, sin distingos de ninguna clase, particularmente en periodo de celo. Sin embargo, los estudios muestran que no es así en todos los casos: Una especie de tortuga, por ejemplo, junta las patas si no desea aparearse. En los delfines, la hembra que no quiere. le da un golpe corto y seco en la cabeza o en el pene a su pretendiente. La rana venenosa, solamente tiene relaciones sexuales debajo de un lecho de hojas. La hembra de un tipo de mosca, solo se aparea si su amante ha ejecutado una danza nupcial con un velo hilado por él.